Dos experimentos rivales atisban el bosón de Higgs, el objetivo más buscado de la física. Los datos aún no bastan para saber si existe.
El higgs es la última pieza que falta para entender el comportamiento de las partículas que componen los átomos y explicar así cómo surgió el universo tras el Big Bang. Los datos presentados ayer, obtenidos gracias al Gran Colisionador de Hadrones (LHC), ofrecen pruebas significativas de la partícula, pero no bastan para reclamar su "descubrimiento" ni el Nobel que lleva pegado.
Si consiguen descubrir esta partícula subatómica el origen del universo estará mucho más claro.
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