Como ya va siendo habitual por estos días, un satélite volvió a la Tierra… Y nadie sabe dónde cayó.
Tal como lo lees: Nos pasó hace unas semanas con el famoso UARS, que cayó sobre el Océano Pacífico Norte, hacia el este de Estados Unidos; y nos pasó este fin de semana con el ROSAT, un satélite alemán que también volvió a Tierra, aunque no sabemos dónde está.
Ya hace unas semanas, Sebastián os había contado sobre la vuelta a Tierra del observatorio espacial alemán Roentgen (ROSAT), que según un comunicado de la ESA ingresaría en caída libre y sin control para estrellarse contra la Tierra a fines de octubre o inicios de noviembre.
La predicción se cumplió, y aunque a ciencia cierta nadie sabe dónde cayó ROSAT, los científicos afirman que este fin de semana entró en nuestra atmósfera.
Según el Centro Aeroespacial Alemán, la mayoría de los fragmentos del satélite ROSAT se incineraron cuando ingresaron a la atmósfera terrestre a velocidades de hasta 450 kilómetros por hora, pero unos 30 pedazos con un peso total de hasta 1,7 toneladas métricas pudieron haberse estrellado en la Tierra.
Si ya os suena descabellado que estos satélites estén cayendo a la Tierra sin mayor explicación, ni mucho menos control por parte de los responsables de las agencias espaciales del mundo, lo que declaró sobre la falta de precisión en el lugar del impacto de ROSAT Jonathan McDowell, del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica en Cambridge, Massachusetts, seguro os dará risa: “Si hubiese caído en una zona poblada hubiéramos tenido reportes“.
Así, sin más, confesó el astrofísico a la agencia AP que no tiene ni la más remota idea de dónde ha podido caer el ROSAT, que según explicó ha podido haberse estrellado en el sudeste asiático, específicamente en una zona (que estaba en la ruta de caída del satélite) y donde se encuentran dos ciudades chinas con millones de habitantes: Chongqing y Chengdu.
¿Qué clase de respuesta es esa? Es decir, que él está monitoreando la caída del satélite por la versión china de Twitter, ¿o algo así? Os confieso que siempre he admirado a la gente que trabaja en temas espaciales, pero la incertidumbre que nos han transmitido en menos de un mes con la caída del satélite de la UARS y luego este ROSAT, deja mucho que desear…
Y es que se supone que esta gente es “experta” en lo que hace, ¿no? Vamos, que en los centros espaciales se supone que trabaja gente inteligente, que hace su trabajo y establece protocolos de seguridad para casos como este. ¿O es que nunca pensaron que los satélites podían regresar a la Tierra? A veces siento que el hecho de que Homero Simpson trabaje en una central atómica no es casual sino inspirado en la vida real.
Creo que deberían tener alguna forma de vigilar, programar y hasta controlar la trayectoria de la caída de los satélites, que aunque estamos hablando de una probabilidad de 1 en 2000 de que algún fragmento caiga sobre alguien, no estamos en tiempos en que se justifique que tengamos que encomendarnos a los ángeles para que nos protejan de trozos de satélites que entran en nuestra atmósfera a más de 450 kilómetros por hora de velocidad, ¿no creéis?
http://www.fayerwayer.com/2011/10/el-satelite-rosat-cayo-a-la-tierra-pero-nadie-sabe-donde-esta/