Los astrónomos pensaban hasta ahora que era imposible que pudiera formarse una estrella de esta magnitud.
La vida a su alrededor es imposible, aclaró ayer en entrevista telefónica Olivier Schnurr, coautor de la investigación en el Instituto de Astrofísica de Potsdam (Alemania). En primer lugar, porque es unos diez millones de veces más luminosa que el Sol y emite una radiación ultravioleta tan intensa que esterilizaría cualquier proyecto de ecosistema que intentara formarse a su alrededor.
La vida a su alrededor es imposible, aclaró ayer en entrevista telefónica Olivier Schnurr, coautor de la investigación en el Instituto de Astrofísica de Potsdam (Alemania). En primer lugar, porque es unos diez millones de veces más luminosa que el Sol y emite una radiación ultravioleta tan intensa que esterilizaría cualquier proyecto de ecosistema que intentara formarse a su alrededor.
Dado que es una estrella menos densa que el Sol, la diferencia de volumen es aún más llamativa que la diferencia de tamaño. Con un diámetro de casi 50 millones de kilómetros, en la estrella R136a1 cabrían casi 30.000 soles.
Había buenas razones para teorizar que las estrellas no podrían superar las 150 masas solares. La principal es que cuanto mayor es una estrella, más luminosa es; por lo tanto, más energía emite en forma de fotones; estos fotones transfieren su energía a otras partículas de la propia estrella con las que colisionan, y estas otras partículas, si el bombardeo de fotones es demasiado intenso, son expulsadas de la estrella y se pierden en el espacio. De modo que si la estrella es demasiado luminosa, tiende a desintegrarse por su propia luminosidad, explica Shnurr.
Había buenas razones para teorizar que las estrellas no podrían superar las 150 masas solares. La principal es que cuanto mayor es una estrella, más luminosa es; por lo tanto, más energía emite en forma de fotones; estos fotones transfieren su energía a otras partículas de la propia estrella con las que colisionan, y estas otras partículas, si el bombardeo de fotones es demasiado intenso, son expulsadas de la estrella y se pierden en el espacio. De modo que si la estrella es demasiado luminosa, tiende a desintegrarse por su propia luminosidad, explica Shnurr.
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